El barranquismo le permite al deportista realizar diversas actividades para completar la ruta.
El
barranquismo o el canyoning, como se le conoce en inglés, es una disciplina extrema que se caracteriza
por el descenso en cañones,
barrancos o ríos. Una de las facetas más apasionantes de esta
disciplina, es que la trayectoria es
sumamente variada, pudiendo
encontrarse el atleta con tramos de poco caudal, secos o incluso con verdaderos
torrentes.
En el barranquismo hay que estar preparado para todo |
Carlos Aguilera destaca que para practicar el barranquismo,
que suele relacionarse con disciplinas vinculadas con la escalada, el
deportista debe:
- Portar casco.
- Vestir traje y escarpines de neopreno.
- Calzado adecuado.
- Incluir implementos como pedal, navaja, bloqueadores mecánicos y una mochila.
Cuando se trata de barranquismo,
el equipamiento varía de acuerdo a la ruta a explorar, añadiéndose también lo
que se conoce como equipamiento colectivo, caracterizado por la
incorporación de cuerdas y otros
elementos propios para la práctica
del rapel, dependiendo de la profundidad del barranco o cañón.
La
gran variedad de acciones y alternativas
que tiene el deportista para enfrentarse a una ruta en barranquismo es una de las
razones por las que muchas personas se inclinan, cada vez más, por esta
disciplina.
Inicialmente, la
premisa es el descenso, pero los
azares de la ruta a seguir pueden imponer pequeños o grandes desafíos en los
que será necesario caminar, nadar, destrepar o trepar y hasta crear
pasamanos para sortear obstáculos.
La técnica de progresión más común en el barranquismo es el rápel, ya que es bastante probable que buena
parte del circuito el deportista deba descender por una pared vertical, ayudándose para su recorrido con una cuerda y un
descensor, que se ancla al arnés del escalador.
El barranquismo requiere aplicar el rápel |
Nuestro experto en
deportes [Carlos
Aguilera] indica que una de las grandes limitantes que posee el
barranquismo es su impacto
ambiental. Diversas asociaciones ecologistas se han pronunciado en
contra de esta práctica extrema, exigiendo que se limite o prohíba en los cursos de
agua más sensibles, para de esta manera preservar a la fauna que habita en los lechos fluviales.
Por esta razón, entre
las reglas generales de este deporte está la de evitar caminar por los cursos de agua cuando su profundidad
sea escasa, escogiendo en esos casos la senda o las rivieras, para disminuir el impacto ambiental que se
pueda causar en el ecosistema fluvial.
Por Carlos Aguilera