La apnea es un deporte extremo que se caracteriza porque los nadadores lo practican a pulmón libre.
Conocido
también con el nombre de freediving, la apnea es un deporte extremo
que tiene como principal objetivo la
suspensión voluntaria de la respiración debajo del agua, mientras el
nadador desciende a grandes profundidades o mientras recorre a nado ciertas distancias. Hoy nuestro director [Carlos Aguilera] te da más detalles
de este deporte acuático.
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Este deporte requiere de preparación física y mental |
La apnea tiene
sus antecedentes en una tradición
milenaria, conocida como la “pesca
submarina a pulmón”, una práctica que empleaban las Ama en Japón, los Bajau en Indonesia y
Filipinas y los Wayú en
tierras del Caribe, como Colombia y Venezuela, para poder obtener ciertas
especies y garantizar su sustento y el de sus tribus. Aunque muchos creen que
la apnea se basa únicamente en las capacidades físicas, esta disciplina
depende fundamentalmente de la
relajación mental de la persona que la practica.
Los
nadadores que practican la apnea
deben mantener una dieta
balanceada y una correcta hidratación, al tiempo que entrenan
en ambientes de hipoxia y
presiones hidrostáticas que faciliten el acondicionamiento de
sus pulmones a ambientes donde los
gases se comprimen.
Originalmente,
en el año 1949, los apneístas podían
bajar hasta 30 metros con el uso de peso variable, pero a
medida que las prácticas se hicieron más versátiles y sofisticadas, las
personas que realizan esta disciplina pueden llegar a descender hasta 120 metros, empleando una
cuerda atada a un ancla, en perfecta línea vertical, que evita que el nadador
se desoriente.
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Actualmente los apneístas se asisten con un cable para no desorientarse |
- Tom Sietas.
- William Trubridge.
- Natalia Molchánova (desaparecida
en el 2015, tras conseguir 41 récords mundiales).
- Oscar Araneda.
- Mateusz Malina.
- Alex Duvivier.
- Aleix Segura.
- Jeanine Grasmeijer.
- William Winram.
- Herbert Nitsch.
- Tanya Streeter.
Hay
que destacar que los grandes apneístas
del mundo logran desarrollar técnicas
para usar el reflejo de
inmersión mamífero, lo que permite que el ritmo cardíaco disminuya en al menos un 10% o un
25%, esto ralentiza las funciones corporales y disminuye el consumo de oxígeno. Los vasos sanguíneos se contraen, elevando de este modo los niveles de oxígeno, y el bazo libera más glóbulos rojos, los cuales transportan oxígeno a los órganos
vitales, especialmente al cerebro y
al corazón.
Por Carlos Aguilera
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